Durante este largo año de pandemia por el COVID-19 todo se ha sometido a prueba: gobierno e instituciones, economía, educación, familia, convicciones personales. Lo que pensábamos que iba a ser transitorio se ha vuelto una pesadilla cada vez que leemos los periódicos o escuchamos las noticias.
Y yo, ¿cómo reacciono ante esta situación? Ante la adversidad podemos ceder a la tentación de la huída o la rabia. Una huída que puede tener la forma de la negación del problema. Una rabia que se vuelve violencia contra las instituciones, la historia y, al final, contra uno mismo. Pero ambas actitudes no son una solución. No cambian nada.
Al mismo tiempo, asistimos a una marea de iniciativas que tratan de responder con creatividad a los problemas: ollas populares, venta de comidas, colecta de víveres y remedios, clases virtuales de apoyo, rosarios en veredas y casas, sin olvidarnos del esfuerzo de investigación médica y científica. Iniciativas que no llegan a solucionar totalmente, pero acompañan y unen dando esperanza.
¿De dónde nace este impulso, esta esperanza? Estamos invitados a escuchar los propios latidos, como un yo-tú constante, hasta decir tú-yo y llegar a nosotros. Hay alguien que en este momento me está diciendo TUYO. Si la realidad nos golpea es para activar este dinamismo del corazón.
Encuentro Asunción en su edición 2021 quiere ayudar a hacer este recorrido expresado en el lema Yo, tú, nosotros: el desafío de construir, a través de tres encuentros. El primero, con quien ha vivido en primera persona la pandemia, bien como paciente, médico o ciudadano de a pié que se mueve y responde, teniendo el coraje de decir yo en circunstancias difíciles. El segundo, planteando la emergencia educativa, pues gracias a una educación las personas se despiertan y construyen. Y, finalmente, con un tercer evento que rescata la expresión viva de un pueblo a través de la música, pues, es la conciencia del pueblo, fiel a sus ideales y raíces, lo que posibilita este nuevo inicio, ese recomenzar con esperanza en medio de las vicisitudes.
Vivir con la conciencia de un yo-tú-nosotros, con rostros y lugares concretos, convierte cada circunstancia en un desafío, en una ocasión para construir y respirar. ¡Ahora!